El miércoles 15 de Agosto, día de la Asunción de la Virgen al Cielo, estuvimos al igual que en años anteriores, en un encuentro que realizan los Rapa Nui que viven en el continente.
Esta ceremonia comienza con una misa, que la preside una virgen tallada en madera proveniente de la isla.
Esta virgen fue enviada desde allá, luego de ser tallada por el Koro (abuelo) Juan Haoa, quien la envió para proteger a sus hermanos en el continente hace
ya 17 años y traía una misión que es de juntar
a los rapa nui que se encuentren en la ciudad, una vez al año.
Por supuesto que esta imagen tiene los rasgos rapa nui.
Los textos bíblicos y los cantos por supuesto se hacen en rapa nui, Las ofrendas son frutos traidos de la isla.
Después de esta misa, toda la carpa se convierten en comedores donde se comparte un Umu Tahu (curanto) que se ha preparado desde la noche anterior en un hoyo grande fuera de la carpa.
Después de esta misa, toda la carpa se convierten en comedores donde se comparte un Umu Tahu (curanto) que se ha preparado desde la noche anterior en un hoyo grande fuera de la carpa.
Con los sabores de carne, pollo, papas y poe se viven momentos en que evocan la isla, en un ambiente de alegría y reencuentro.
Mientras aun se desgustan estos alimentos comienza el baile y el canto, que envuelve a los presentes con los sonidos y colores propios de este pueblo.
En este día los artistas le ofrendan la virgen María Rapa Nui su arte, los grupos que se presentan en su mayoría son niños que se están acercando a su cultura.
Todos ríen y conversan junto a la música del mundo rapa nui. Es la dicha de haberse encontrado, de por un instante volver a la isla, mientras la Virgen en su altar de flores los acompaña. Porque más que creencia en una religión, este encuentro es la creencia en el propio pueblo, en la vivencia de la cultura.
Para ellos la María Rapa Nui, como la llaman, es la síntesis de su unión y su fuerza como rapa nui en medio de la ciudad, como reza parte de la oración que ellos mismos le escribieron:
“Cruzaste el Océano,/ y te convertiste en Madre, esposa, hija y novia,/ para darle felicidad a tus hijos,/ y aliviar la nostalgia,/ y el dolor por nuestra lejana tierra,/...”.
Para nosotros que no somos rapa nui, es como viajar un poquito a la isla. Y ojala que María Rapa Nui, permita que nos siga invitando los próximos años.